jueves, 9 de julio de 2009

¿Cuáles son las estrategias para combatir los efectos del cambio climático y lograr un acuerdo para el cuidado del medio ambiente?

El G-8 combatirá el cambio climático
Cumbre de las grandes potencias
.
Los países ricos acuerdan reducir un 80% los gases de efecto invernadero para 2050 - Las potencias advierten a Irán y Corea del Norte contra la proliferación nuclear
.
L'Aquila- Los líderes de las ocho principales economías del mundo (G-8) se fijaron ayer como objetivo la reducción de las emisiones de gases causantes del cambio climático en un 80% por parte de los países industrializados antes de 2050, y en un 50% para el resto de las naciones en el mismo plazo. La resistencia de China e India impedirá que este paso sea ratificado hoy en el foro de los 17 países más contaminantes que se celebrará también en L'Aquila (Italia), aunque pueden anunciarse otras medidas.
Los miembros del G-8 negociaron anoche, además, una declaración contra la amenaza de la proliferación nuclear, que incluiría una advertencia a Irán y Corea del Norte sobre el riesgo de aislamiento y sanciones a que se enfrentan si continúan con sus programas atómicos al margen del control de la comunidad internacional.
La cumbre aceptó también una propuesta estadounidense para la creación de un fondo de ayuda a la agricultura de los países en desarrollo con el objetivo de garantizar lo que se denomina seguridad alimentaria en el planeta. Aunque el compromiso no menciona cifras precisas, el propósito de Estados Unidos es llegar hasta los 15.000 millones de dólares (unos 10.800 millones de euros).
Los jefes de Estado y de Gobierno de Estados Unidos, Rusia, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia no consiguieron, sin embargo, progresos respecto al asunto de mayor preocupación mundial en estos momentos: la crisis económica. El documento final, conocido anoche, alerta contra todo triunfalismo y, aunque reconoce signos de mejora, advierte que "siguen existiendo riesgos significativos para la estabilidad financiera y económica". Recomienda, por tanto, y en contra de lo que pretendía la canciller alemana, Angela Merkel, mantener pisado el pedal de los planes de estímulo "hasta que la recuperación esté asegurada".
Es decir, se ratifica en las decisiones tomadas por la cumbre del G-20 en abril, en Londres, a la espera de las correcciones que puedan hacerse en la siguiente reunión de ese organismo, el próximo mes de septiembre en Pittsburgh. "Vemos L'Aquila más bien como una etapa a medio camino entre las dos cumbres del G-20", admitió ayer el viceconsejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca para Asuntos Económicos, Mike Froman.
Los logros anunciados hasta el momento parecen suficientes como para que Barack Obama pueda considerar pasado este primer examen serio a sus condiciones de liderazgo en los grandes foros internacionales. Esta oportunidad era, además, particularmente difícil, puesto que llegaba en un momento de gran incertidumbre sobre el futuro del G-8 y de enorme escepticismo sobre las posibilidades de éxito.
El acuerdo sobre la reducción de emisiones, que se produjo después de sortear algunas diferencias importantes, representa un avance considerable respecto a la posición que algunos países, como Estados Unidos, sostenían hasta ahora, pero tiene todavía que consumarse dentro de la cumbre sobre el clima prevista para el próximo mes de diciembre en Copenhague. "Hay mucho aún que negociar hasta Copenhague", advirtió el portavoz norteamericano.
Estados Unidos, que es el mayor contaminante del planeta, se va a ver obligado a hacer un esfuerzo mucho mayor que los demás en el proceso de reconversión industrial para cumplir esos objetivos. Antes del inicio de esta reunión era reacio a llegar a un compromiso sin que su principal competidor, China, la nación más poblada del mundo y que más crece económicamente, se sume a él.
La Administración norteamericana ha concentrado sus esfuerzos en política medioambiental en la reunión de hoy, a convocatoria de Obama, de los 17 países causantes, ellos solos, de más del 80% de los gases que provocan el efecto invernadero. La ausencia del presidente chino, Hu Jintao, que ha regresado a su país apresuradamente ante el deterioro de la situación en la provincia de Xinjiang, puede complicar la obtención de acuerdos fundamentales para que las grandes economías emergentes se sumen al consenso mundial.
El principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, confirmó anoche que, en materia de proliferación nuclear, se habían conseguido progresos suficientes como para que pueda esperarse la aprobación de una declaración conjunta del G-8.
Las dudas permanecían sobre el grado de condena a Irán y Corea del Norte, especialmente al primero, con una pugna entre los que pretenden una advertencia rotunda y convincente, y los que no quieren empujar a esa nación hacia una mayor marginación. Entre los primeros están Reino Unido, Francia e Italia; entre los segundos, Alemania y Rusia. Estados Unidos, que busca aún oficialmente una solución dialogada con la República Islámica, ha ido oscilando en las últimas semanas hacia la primera posición. El riesgo de la proliferación nuclear es uno de los temas favoritos de la agenda internacional de Barack Obama, y un asunto que considera de trato prioritario por parte de las grandes potencias.
El impulso del presidente norteamericano ha podido ser decisivo para salvar una reunión que empezó con pésimas perspectivas. La ausencia del presidente chino parecía dejar en evidencia el hecho de que algunos países que no pertenecen a esta organización ejercen un poder real mucho mayor que el de participantes oficiales como Canadá o Italia.
La eficacia de la cumbre se ve afectada severamente, además, por las sucesivas ampliaciones del número de invitados, que, en la última jornada, convertirán este foro en una multiplicación de encuentros en los que participan hasta 39 países sin proyectos serios que aportar ni fuerza política para defenderlos.
Publicado por elpais.com 09 de julio de 2009
.

.
El G-8 sobre el Medio Ambiente aprueba una declaración sobre la biodiversidad
.
Los ministros de Medio Ambiente de los países del G-8 y de las grandes economías emergentes aprobaron, este viernes en la isla italiana de Sicilia, la llamada Carta de Siracusa, en la que se reconoce la importancia de la biodiversidad para frenar el calentamiento global.
En el documento, de 25 puntos, los ministros reconocen que "la biodiversidad y los sistemas ecológicos juegan un papel clave para mantener el bienestar humano y que es necesaria para alcanzar los objetivos de desarrollo fijados por Naciones Unidas y conocidos como aquellos del Milenio". La Carta de Siracusa reconoce explícitamente la existencia de una relación entre biodiversidad y calentamiento global.
"La defensa de la biodiversidad es indispensable para regularizar el clima", subraya el texto. La biodiversidad, considerada en el pasado como algo autónomo y que interesaba a los países con grandes recursos ecológicos, entre ellos México, Colombia y Brasil, ha sido reconocida por todos las naciones participantes como un bien clave, indispensable tanto para los países ricos como para los pobres.
El texto subraya que los distintos ecosistemas (agua, aire...) son esenciales para la tierra y que es necesario tener conocimiento de lo que representaría su pérdida para medir su utilidad y empleo, sobre todo en los países pobres. El documento recomienda mantener la biodiversidad y recuperar los bosques, la pesca, la agricultura así como impulsar y promover las investigaciones sobre el sector.
"Los múltiples cambios que el mundo está registrando constituyen una señal evidente de la necesidad que existe de aunar esfuerzos para conservar y administrar de manera responsable la biodiversidad y los recursos naturales", sostiene la Carta. En la reunión siciliana participan además de los ministros del G8 (EEUU, Rusia, Alemania, Japón, Francia, Canadá, Gran Bretaña e Italia), los de Brasil, China, India, México, Sudáfrica, Australia, Corea del Sur, Egipto e Indonesia.
Los 17 países presentes en Siracusa son responsables de cerca del 80% de las emisiones de gases contaminantes, según estimaciones del Ministerio de Exteriores italiano. La ONU convocó una cumbre sobre el medio ambiente en Copenhague para finales del 2009, que remplazará el Tratado de Kioto, que no fue suscrito por Estados Unidos.
.
24 de abril de 2009