jueves, 9 de julio de 2009

El Grupo de los 20.

El Grupo de los Veinte (G-20), es una asociación de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales que se creó en 1999 para reunir sistémicamente importantes países industrializados y las economías en desarrollo para discutir las cuestiones clave en la economía mundial. La reunión inaugural del G-20 tuvo lugar en Berlín, en diciembre de 1999, organizada por Alemania y Canadá los ministros de finanzas.

Orígenes.

El G-20 fue creado como una respuesta a las crisis financieras de finales del decenio de 1990 y al creciente reconocimiento de que los principales países con mercados emergentes no fueron debidamente incluidos en el núcleo del debate económico mundial. Antes de la creación del G-20, las agrupaciones similares para promover el diálogo y el análisis se han establecido por iniciativa del G-7; el G-22 se reunió en Washington DC en abril y octubre de 1998. Su objetivo era hacer participar a no países del G-7 en la resolución de los aspectos globales de la crisis financiera que afecta a continuación, países con mercados emergentes.

Dos reuniones posteriores que comprende un grupo más amplio de participantes (G-33) celebrada en marzo y abril de 1999 examinaron las reformas de la economía mundial y el sistema financiero internacional. Las propuestas formuladas por el G-22 y el G-33 para reducir la economía mundial de la susceptibilidad a la crisis, es así que puso de manifiesto los posibles beneficios de un foro consultivo internacional que abarque los países con mercados emergentes. Ese diálogo constante con una serie de socios se institucionalizó con la creación del G-20 en 1999.

El G-20 está compuesto por los ministros de finanzas y gobernadores de los bancos centrales de 19 países: Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía, Reino Unidos, Estados Unidos. Además, esta presente la Unión Europea, que está representada por la Presidencia rotatoria del Consejo y el Banco Central Europeo, terminándose de formar así, el G-20; con el fin de garantizar los foros económicos mundiales y las instituciones para trabajar juntos, el Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Presidente del Banco Mundial, además de los presidentes del Comité Monetario y Financiero Internacional y el Comité de Desarrollo del FMI y el Banco Mundial. Para poder participar también en las reuniones del G-20 sobre una base de oficio.

El G-20 por lo tanto, reúne a importantes países industriales y otros, con mercados emergentes de todas las regiones del mundo. Juntos, los países miembros representan alrededor del 90 por ciento del producto nacional bruto mundial, el 80 por ciento del comercio mundial (incluido el comercio dentro de la UE), así como dos tercios de la población del mundo. El G-20 del peso económico y amplia participación le da un alto grado de legitimidad y la influencia sobre la gestión de la economía mundial y sistema financiero.

Mandato.

El G-20 es un foro informal que promueve el debate abierto y constructivo entre los industriales y de países con mercados emergentes sobre cuestiones fundamentales relacionadas con la estabilidad económica mundial. Al contribuir al fortalecimiento de la arquitectura financiera internacional y proporcionar oportunidades para el diálogo sobre las políticas nacionales, la cooperación internacional, y las instituciones financieras internacionales, el G-20 contribuye a apoyar el crecimiento y el desarrollo en todo el mundo.

Logros.

El G-20 ha avanzado una serie de cuestiones, desde 1999, incluido el acuerdo sobre políticas para el crecimiento, la reducción de los abusos del sistema financiero, que se refiere a las crisis financieras y la lucha contra la financiación del terrorismo. También tiene como objetivo fomentar la adopción de las normas internacionalmente reconocidas a través del ejemplo de sus miembros en áreas tales como la transparencia de la política fiscal y la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

En el 2004, el grupo de los 20 países se comprometieron a nuevas normas más estrictas de transparencia y el intercambio de información en materia fiscal. El objetivo es luchar contra los abusos del sistema financiero y la realización de actividades ilícitas incluida la evasión de impuestos; además, desempeña un importante papel en cuestiones relacionadas con la reforma de la arquitectura financiera internacional.

El G-20 también se ha dirigido a desarrollar una visión común entre los miembros sobre cuestiones relacionadas con el desarrollo ulterior del sistema económico y financiero global; y una reunión extraordinaria celebrada en los márgenes del 2008 con el FMI y el Banco Mundial, sin olvidarse de las reuniones anuales en reconocimiento de la actual situación económica. En esta reunión, de conformidad con el G-20 para promover la misión central abierto y constructivo entre avanzados y países con mercados emergentes sobre cuestiones fundamentales relacionadas con la estabilidad económica mundial y el crecimiento, los Ministros y Gobernadores debatieron la crisis del mercado financiero actual y sus consecuencias para la economía mundial. Es así que se hizo hincapié en su determinación de trabajar juntos para superar la crisis financiera y que profundicen en la cooperación para mejorar la regulación, la supervisión y el funcionamiento general de los mercados financieros del mundo.

A diferencia de las instituciones internacionales como la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo Económicos (OCDE), el FMI o el Banco Mundial, el G-20 (como el G-8) no tiene personal permanente de su cuenta. El G-20 silla rota entre los miembros, y se selecciona desde una agrupación regional de países cada año. En 2009, el presidente del G-20 es el Reino Unido, y en 2010 será Corea del Sur. El presidente es parte de un rotativo de tres miembros de la Troika de la gestión pasada, presente y futuro sillas. El titular establece una silla secretaría temporal durante la duración de su mandato, que coordina la labor del grupo y organiza sus reuniones. El papel de la Troika es garantizar la continuidad en el G-20, la labor de la acogida y la gestión a través de años.

¿Cuáles son las estrategias para combatir los efectos del cambio climático y lograr un acuerdo para el cuidado del medio ambiente?

El G-8 combatirá el cambio climático
Cumbre de las grandes potencias
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Los países ricos acuerdan reducir un 80% los gases de efecto invernadero para 2050 - Las potencias advierten a Irán y Corea del Norte contra la proliferación nuclear
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L'Aquila- Los líderes de las ocho principales economías del mundo (G-8) se fijaron ayer como objetivo la reducción de las emisiones de gases causantes del cambio climático en un 80% por parte de los países industrializados antes de 2050, y en un 50% para el resto de las naciones en el mismo plazo. La resistencia de China e India impedirá que este paso sea ratificado hoy en el foro de los 17 países más contaminantes que se celebrará también en L'Aquila (Italia), aunque pueden anunciarse otras medidas.
Los miembros del G-8 negociaron anoche, además, una declaración contra la amenaza de la proliferación nuclear, que incluiría una advertencia a Irán y Corea del Norte sobre el riesgo de aislamiento y sanciones a que se enfrentan si continúan con sus programas atómicos al margen del control de la comunidad internacional.
La cumbre aceptó también una propuesta estadounidense para la creación de un fondo de ayuda a la agricultura de los países en desarrollo con el objetivo de garantizar lo que se denomina seguridad alimentaria en el planeta. Aunque el compromiso no menciona cifras precisas, el propósito de Estados Unidos es llegar hasta los 15.000 millones de dólares (unos 10.800 millones de euros).
Los jefes de Estado y de Gobierno de Estados Unidos, Rusia, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia no consiguieron, sin embargo, progresos respecto al asunto de mayor preocupación mundial en estos momentos: la crisis económica. El documento final, conocido anoche, alerta contra todo triunfalismo y, aunque reconoce signos de mejora, advierte que "siguen existiendo riesgos significativos para la estabilidad financiera y económica". Recomienda, por tanto, y en contra de lo que pretendía la canciller alemana, Angela Merkel, mantener pisado el pedal de los planes de estímulo "hasta que la recuperación esté asegurada".
Es decir, se ratifica en las decisiones tomadas por la cumbre del G-20 en abril, en Londres, a la espera de las correcciones que puedan hacerse en la siguiente reunión de ese organismo, el próximo mes de septiembre en Pittsburgh. "Vemos L'Aquila más bien como una etapa a medio camino entre las dos cumbres del G-20", admitió ayer el viceconsejero nacional de Seguridad de la Casa Blanca para Asuntos Económicos, Mike Froman.
Los logros anunciados hasta el momento parecen suficientes como para que Barack Obama pueda considerar pasado este primer examen serio a sus condiciones de liderazgo en los grandes foros internacionales. Esta oportunidad era, además, particularmente difícil, puesto que llegaba en un momento de gran incertidumbre sobre el futuro del G-8 y de enorme escepticismo sobre las posibilidades de éxito.
El acuerdo sobre la reducción de emisiones, que se produjo después de sortear algunas diferencias importantes, representa un avance considerable respecto a la posición que algunos países, como Estados Unidos, sostenían hasta ahora, pero tiene todavía que consumarse dentro de la cumbre sobre el clima prevista para el próximo mes de diciembre en Copenhague. "Hay mucho aún que negociar hasta Copenhague", advirtió el portavoz norteamericano.
Estados Unidos, que es el mayor contaminante del planeta, se va a ver obligado a hacer un esfuerzo mucho mayor que los demás en el proceso de reconversión industrial para cumplir esos objetivos. Antes del inicio de esta reunión era reacio a llegar a un compromiso sin que su principal competidor, China, la nación más poblada del mundo y que más crece económicamente, se sume a él.
La Administración norteamericana ha concentrado sus esfuerzos en política medioambiental en la reunión de hoy, a convocatoria de Obama, de los 17 países causantes, ellos solos, de más del 80% de los gases que provocan el efecto invernadero. La ausencia del presidente chino, Hu Jintao, que ha regresado a su país apresuradamente ante el deterioro de la situación en la provincia de Xinjiang, puede complicar la obtención de acuerdos fundamentales para que las grandes economías emergentes se sumen al consenso mundial.
El principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, confirmó anoche que, en materia de proliferación nuclear, se habían conseguido progresos suficientes como para que pueda esperarse la aprobación de una declaración conjunta del G-8.
Las dudas permanecían sobre el grado de condena a Irán y Corea del Norte, especialmente al primero, con una pugna entre los que pretenden una advertencia rotunda y convincente, y los que no quieren empujar a esa nación hacia una mayor marginación. Entre los primeros están Reino Unido, Francia e Italia; entre los segundos, Alemania y Rusia. Estados Unidos, que busca aún oficialmente una solución dialogada con la República Islámica, ha ido oscilando en las últimas semanas hacia la primera posición. El riesgo de la proliferación nuclear es uno de los temas favoritos de la agenda internacional de Barack Obama, y un asunto que considera de trato prioritario por parte de las grandes potencias.
El impulso del presidente norteamericano ha podido ser decisivo para salvar una reunión que empezó con pésimas perspectivas. La ausencia del presidente chino parecía dejar en evidencia el hecho de que algunos países que no pertenecen a esta organización ejercen un poder real mucho mayor que el de participantes oficiales como Canadá o Italia.
La eficacia de la cumbre se ve afectada severamente, además, por las sucesivas ampliaciones del número de invitados, que, en la última jornada, convertirán este foro en una multiplicación de encuentros en los que participan hasta 39 países sin proyectos serios que aportar ni fuerza política para defenderlos.
Publicado por elpais.com 09 de julio de 2009
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El G-8 sobre el Medio Ambiente aprueba una declaración sobre la biodiversidad
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Los ministros de Medio Ambiente de los países del G-8 y de las grandes economías emergentes aprobaron, este viernes en la isla italiana de Sicilia, la llamada Carta de Siracusa, en la que se reconoce la importancia de la biodiversidad para frenar el calentamiento global.
En el documento, de 25 puntos, los ministros reconocen que "la biodiversidad y los sistemas ecológicos juegan un papel clave para mantener el bienestar humano y que es necesaria para alcanzar los objetivos de desarrollo fijados por Naciones Unidas y conocidos como aquellos del Milenio". La Carta de Siracusa reconoce explícitamente la existencia de una relación entre biodiversidad y calentamiento global.
"La defensa de la biodiversidad es indispensable para regularizar el clima", subraya el texto. La biodiversidad, considerada en el pasado como algo autónomo y que interesaba a los países con grandes recursos ecológicos, entre ellos México, Colombia y Brasil, ha sido reconocida por todos las naciones participantes como un bien clave, indispensable tanto para los países ricos como para los pobres.
El texto subraya que los distintos ecosistemas (agua, aire...) son esenciales para la tierra y que es necesario tener conocimiento de lo que representaría su pérdida para medir su utilidad y empleo, sobre todo en los países pobres. El documento recomienda mantener la biodiversidad y recuperar los bosques, la pesca, la agricultura así como impulsar y promover las investigaciones sobre el sector.
"Los múltiples cambios que el mundo está registrando constituyen una señal evidente de la necesidad que existe de aunar esfuerzos para conservar y administrar de manera responsable la biodiversidad y los recursos naturales", sostiene la Carta. En la reunión siciliana participan además de los ministros del G8 (EEUU, Rusia, Alemania, Japón, Francia, Canadá, Gran Bretaña e Italia), los de Brasil, China, India, México, Sudáfrica, Australia, Corea del Sur, Egipto e Indonesia.
Los 17 países presentes en Siracusa son responsables de cerca del 80% de las emisiones de gases contaminantes, según estimaciones del Ministerio de Exteriores italiano. La ONU convocó una cumbre sobre el medio ambiente en Copenhague para finales del 2009, que remplazará el Tratado de Kioto, que no fue suscrito por Estados Unidos.
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24 de abril de 2009

¿Les conviene a los países de América Latina pedirle fondos o créditos al Fondo Monetario Internacional?

El FMI y el BM son las instituciones multilaterales con más recursos disponibles para prestar a los países pobres. El FMI puede hacer préstamos a todos los países miembros, sean pobres o ricos, mientras que el BM sólo puede dar donaciones y créditos a los países que se consideran en vías de desarrollo o subdesarrollados. Como antes mencionamos, el FMI es un organismo multilateral con bienestar, forma parte del andamiaje institucional que está coordinado por los países centrales, donde la mayoría la tienen Estados Unidos y Europa. Por eso es portador de los intereses y de la ideología de los países dominantes en el mundo. De todas maneras, esto forma parte de las reglas y los países latinoamericanos deben estar. El tema es que si un país va a pedirle plata al Fondo, y encima se encuentra en malas condiciones, le va a resultar muy costoso pagarlo.
Lo que sucede es que el desarrollo de un país periférico, de un país emergente, por definición tiene que ser muy heterodoxo, y no pretender otra cosa. Por ende debe cumplir con su papel de país subdesarrollado; estimulando la inversión, el cambio social, defender la tecnología, defender bien su producción, el mercado interno, tener tipo de cambio competitivo. En síntesis el Estado debería ser como un actor minoritario, estimulando el crecimiento, la inversión y el empleo. Tiene que contar con un respaldo muy activo a la transformación. Todo esto, forma parte de una estrategia de desarrollo como la que han seguido los países más exitosos después de la guerra: Japón, Corea, Taiwán, China, India y demás.

Lo que predominó en América Latina fue vender incondicionalmente sectores estratégicos, como lo hizo Argentina, más que ningún otro lado. Vendió el petróleo, las telecomunicaciones, etc. Es decir, esa es la política que le gusta al fondo y a los centros de poder, pero no la que les conviene a los países, donde es necesario y conviene traer inversión extranjera pero como un complemento de la transformación interna y del dominio propio de los recursos.

Volviendo a lo ya expuesto, el tema no es estar o no estar, ellos están en el Fondo, porque este es un organismo Internacional donde se debaten cuestiones que nos incumben a todos. Y para la eficacia de esta relación lo principal es no deberle nada. Además de esto deben estar sometidos a estrictos controles para que no haya corrupción y se tienda a evitar el endeudamiento excesivo del país, el mal uso de los créditos y a prevenir la corrupción administrativa. De hecho en esta crisis mundial, en estos últimos meses, el Fondo ha prestado más de 50 mil millones de dólares a un grupo de países. Más del 80% fue a las naciones del este de Europa que salieron de los regímenes de economía centralmente planificada por la órbita Soviética, que abrieron incluso estos países en la transformación incondicionalmente sus mercados, sobre todo los mercados financieros y esta crisis los ha tumbado, entonces más del 80% fue a esos países.
A modo de coda hay que pedirles fondos o créditos al FMI, y también al BM, ya que estas dos instituciones ayudan a financiar el desarrollo de los países que lo necesitan y así mismo los países subdesarrollados no pueden desperdiciar la posibilidad de utilizarlos. Pero cabe aclarar que estas instituciones no pretenden resolver los problemas del subdesarrollo, sino que es una ayuda para llevar a cabo este proceso. Para finalizar podemos decir que el FMI es una herramienta y por lo tanto hay que saber usarla

El Banco Mundial



Origen y misión

Su meta inicial fue la reconstrucción de las naciones europeas al finalizar la II Guerra Mundial.
Creado junto al Fondo Monetario Internacional (FMI) en 1944 en la conferencia de Bretton Woods, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), nombre oficial del Banco Mundial (BM), comenzó a operar el 25 de junio de 1946.
Desde el 3 de noviembre de 1947 el BM es una organización especial con independencia jurídica de la Organización de las Naciones Unidas. Todos los miembros del FMI pueden aspirar automáticamente a pertenecer al BM. Actualmente cuenta con 181 miembros.
Con sede en Washington, su meta inicial fue la reconstrucción de las naciones europeas al finalizar la II Guerra Mundial, para luego pasar a fomentar el desarrollo de sus países miembros mediante la financiación de proyectos productivos.

El grupo del BM

El Grupo del Banco Mundial está constituido por cinco organizaciones:
  • el BIRF: otorga préstamos y asistencia para países de ingreso mediano y los países más pobres con capacidad de pago;
  • la Asociación Internacional de Fomento (AIF): concede préstamos sin interés a los países más pobres que no tienen acceso a préstamos a tasas comerciales;
  • la Corporación Financiera Internacional (CFI): promueve el crecimiento de los países en desarrollo prestando apoyo al sector privado;
  • el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI): fomenta la inversión extranjera en países en desarrollo mediante el otorgamiento de garantías a inversionistas extranjeros contra pérdidas por riesgos no comerciales, asesora a los gobiernos para atraer inversiones privadas, y divulga información sobre oportunidades de inversión en países en desarrollo;
  • el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI): promueve inversiones internacionales mediante procedimientos de conciliación y arbitraje orientados a resolver las diferencias entre inversionistas extranjeros y países receptores.
    Los recursos del BM provienen del capital suscrito de sus miembros. Al igual que en el FMI, el número de votos de los miembros en las tomas de decisiones depende de sus aportaciones de capital, basada en la capacidad económica relativa de cada país.
    El BIRF, de donde proviene un 75% de los préstamos anuales del Banco, obtiene la mayor parte de sus fondos mediante la venta de bonos en los mercados de capital internacionales. Por su parte, la AIF depende para la mayoría de sus recursos financieros de las contribuciones de los países miembros más ricos (incluyendo algunos países en desarrollo)

Las 67 oficinas exteriores del BM están encargadas de ejecutar los programas en los distintos países, y obran de enlace con los respectivos gobiernos y la sociedad civil. Pero a pesar de cierto grado de descentralización, unos 8.000 del total de 10.000 empleados del grupo, están basados en Washington.
Estas dimensiones explican en parte la lentitud en los cambios y las reformas internas del BM ante los retos en un concepto de desarrollo incluyente y entornos monetarios aparentemente más frágiles en épocas de la globalización financiera.
Así por ejemplo, el departamento de Desarrollo Social fue recién creado en 1997. Éste cumple la función de enlace e información sobre la sustentabilidad de proyectos tanto hacia dentro del grupo del BM como en las sociedades de los países miembros.


La misión: combatir la pobreza


El BM ofrece asistencia a más de 100 países en desarrollo y en transición, otorgando cada año en promedio préstamos por US$20.000 millones. Pero esta cifra parece modesta en contraste con los índices de pobreza.
En los 100 países clientes del BM viven 4.700 millones de personas, de las cuales:
  • 3.000 millones viven con menos de US$2 diarios y 1.300 millones con menos de US$1 diario;
  • 40.000 mueren cada día a causa de enfermedades prevenibles;
  • 130 millones no tienen ningún tipo de acceso a la educación;
  • 1.300 millones carecen de agua potable.
    Actualmente la receta económica y social que supone la base para superar este tipo de estadísticas incluye los siguientes elementos:
  • inversión en educación y salud;
  • protección al medio ambiente;
  • fomento del sector privado;
  • promoción de la eficiencia de los gobiernos;
  • creación de un entorno macroeconómico estable.
Desarrollo participativo

El BM admite que en décadas pasadas pretendía exportar un mismo modelo de desarrollo a países en condiciones no comparables entre sí, con lo cual el fracaso (social, económico y ecológico) de los proyectos estaba signado.
Según numerosos críticos del BM y del FMI, las organizaciones multilaterales no contribuyeron a erradicar la pobreza, sino todo lo contrario.
Ante graves problemas en la implementación de proyectos y las críticas surgidas a partir de un enfoque que insistía demasiado en aspectos meramente económicos (infraestructura, reformas estructurales), el BM inició el cambio de discurso en las agencias multilaterales.
La combinación actual de los campos de actividad del Banco implica un cambio de acento hacia el llamado desarrollo participativo, que toma en consideración el entorno social. Hoy, el BM aspira oficialmente a la inclusión de los destinatarios de las medidas en su implementación.
Aunque la inversión privada supera la asistencia oficial que proporciona el BM, sólo el 10% de los países en desarrollo y en transición son receptores de las corrientes de capitales privados.
El BM es por lo tanto realista y sabe que por sí solo no puede resolver los problemas del subdesarrollo.